martes, 8 de noviembre de 2011

¿Es legal el debate entre PP y PSOE?

Santiago Hernández León


Una vez más hemos tenido debate entre los dos partidos que a priori tienen más posibilidades de ganar las elecciones. La ciudadanía lo esperaba con ansiedad, la gente tiene sed de debate y éste se mira como algo positivo. Sin embargo, no parece claro que sea un procedimiento legal, o al menos, transparente. Si el criterio se basa en seleccionar aquellos partidos que obtuvieron más votos en las pasadas elecciones quizás se pueda justificar, pero el concepto de elecciones en democracia es, o debe ser, borrón y cuenta nueva. Puede ocurrir, y a veces pasa, que una parte del electorado cambie su opinión y en vez de votar por el partido A ó B se deciden por el C. En este caso, los más votados serán por ejemplo B y C. ¿Es justo que se le haya dado una oportunidad propagandística de oro al partido A? Parece que no. ¿Se ha perjudicado seriamente a C? La respuesta es evidente.

En democracia, todos los partidos de ámbito nacional, aquellos que se presentan a un número de circunscripciones suficiente como para poder gobernar (deberían ser todos pero ese es otro tema), deben entrar en el debate. Es lo justo pues de otra forma estamos no solo fomentando el bipartidismo sino favoreciendo que el bipartidismo siempre tenga los mismos colores. Sin duda, esta estrategia es parte de esa opereta de la democracia parlamentaria en la que vivimos. Prácticamente anula la posibilidad de que un tercer partido entre en la competencia por el liderazgo.

Lo verdaderamente democrático  es que el sistema de votaciones sea a dos vueltas (en una se vota en conciencia, en la otra se hace voto útil). Solo en este caso sería legal un debate con las dos formaciones más votadas en la primera vuelta. Querer hacer un debate en nuestro sistema electoral es un claro fraude y, sin duda, una forma por la cual los dos partidos mayoritarios reconocen que no creen en la democracia, solo les interesa el poder a toda costa, aún saltándose la decencia.

Un claro ejemplo de lo que digo es que desde siempre han pactado no hablar de los temas que les desacreditan y que podría hacer que el partido C pueda prosperar. No hablar de la corrupción en un debate de este tipo es tomarnos por idiotas. Es el máximo nivel de conchupancia. Se echan los trastos a la cabeza en la campaña electoral, debaten duramente (a veces), pero están de acuerdo en lo fundamental (el poder y el dinero). Nadie más debe entrar en ese juego. Y la gente tan tranquila y ansiosa.

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